El lavado de manos es una de las medidas más simples y efectivas para prevenir enfermedades infecciosas. Sin embargo, muchas personas hoy en día no lo realizan correctamente, lo que disminuye su eficacia y produce la proliferación de organismos patógenos entre los ciudadanos. Según la Organización Panamericana de la Salud, esta práctica es esencial para reducir el riesgo de infecciones y forma parte de las recomendaciones para combatir la resistencia antimicrobiana.[1]
¿Por qué es tan importante?
Lavarse las manos correctamente con agua y jabón u otro tipo de solución hidroalcóholica puede prevenir 1 de cada 3 enfermedades diarreicas y 1 de cada 5 infecciones respiratorias, como el resfriado o la gripe. Se ha demostrado que este hábito, si se realiza varias veces al día, puede reducir en un 50% el riesgo de contraer enfermedades transmisibles, especialmente en lugares como colegios, hospitales o en el hogar. Es un gesto sencillo, pero crucial para proteger a los más vulnerables, especialmente a los niños.[2]
Errores comunes al lavarse las manos
A pesar de su importancia, muchas personas cometen errores al lavarse las manos [3]:
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No dedicar suficiente tiempo: Es necesario frotar las manos con jabón durante al menos 20 segundos para eliminar eficazmente los gérmenes.
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No lavar todas las partes de las manos: Es común olvidar áreas como el dorso de las manos, entre los dedos y debajo de las uñas.
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Usar solo agua: El agua por sí sola no es suficiente; el jabón es esencial para eliminar la suciedad y los microorganismos.
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No secar las manos adecuadamente: Las manos húmedas pueden transferir gérmenes más fácilmente. Es importante secarlas completamente con una toalla limpia.
¿Cómo lavarse las manos correctamente?
Para un lavado de manos efectivo, sigue estos pasos:
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Mójate las manos con agua con corriente limpia.
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Aplica suficiente jabón para cubrir todas las superficies de las manos.
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Frota las palmas de las manos entre sí.
Asegúrate de limpiar el dorso, entre los dedos y debajo de las uñas correctamente.
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Continúa frotando durante al menos 20-30 segundos.
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Enjuaga bien las manos con agua corriente.
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Sécalas con una toalla limpia o al aire.
Educación y concienciación
La promoción del lavado de manos en escuelas y comunidades es fundamental. Programas educativos han demostrado reducir enfermedades y mejorar la asistencia escolar . Además, iniciativas como las del Hospital Santos Reyes en Aranda de Duero destacan la importancia de la higiene de manos en la prevención de enfermedades infecciosas. [4]
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