02 mayo 2025

Primera ayuda emocional: cómo educar para responder ante crisis psicológica

En un mundo donde las crisis emocionales pueden surgir en cualquier momento, la formación en Primeros Auxilios Psicológicos (PAP) se ha convertido en una herramienta esencial para brindar apoyo inmediato y efectivo. Los PAP son intervenciones breves diseñadas para estabilizar emocionalmente a las personas afectadas por eventos traumáticos, promoviendo su bienestar. Su aplicación no se limita a profesionales de la salud mental; docentes, personal de emergencias y miembros de la comunidad también pueden desempeñar un papel crucial en la atención temprana. [1]

La integración de los PAP en la formación académica es fundamental. Un estudio realizado en la Universidad Nacional de Pilar destaca la necesidad de incluir esta capacitación en los programas de psicología, especialmente para aquellos con orientación educativa, ya que les permite reconocer y manejar situaciones de crisis emocionales en entornos escolares. Además, la pandemia de COVID-19 demostró la importancia de que todos los profesionales de la salud estén capacitados en PAP, independientemente de su especialidad, para brindar una respuesta efectiva ante emergencias emocionales[2]

En los niños, la primera ayuda emocional es clave porque muchas veces no saben cómo expresar lo que sienten. Enseñarles a reconocer sus emociones y pedir ayuda les da seguridad y fortalece su bienestar. Los adultos deben estar atentos, responder con calma y usar juegos o cuentos para enseñar estas habilidades de forma cercana y efectiva.

La psicoeducación complementa los PAP al proporcionar a las personas herramientas para comprender y gestionar sus emociones. Al combinar ambos enfoques, se fortalece la capacidad de respuesta ante crisis, promoviendo la autonomía y el empoderamiento de las personas afectadas. En contextos educativos, UNICEF ha desarrollado guías para que docentes puedan aplicar PAP en situaciones de crisis emocional entre estudiantes, destacando la importancia de una intervención oportuna y adecuada[3]

La implementación de programas de formación en PAP y psicoeducación no solo mejora la respuesta inmediata ante emergencias, sino que también contribuye a la construcción de comunidades más resilientes y solidarias. Es esencial que estas capacitaciones se integren en los currículos educativos y en la formación continua de profesionales, asegurando que más personas estén preparadas para brindar apoyo emocional cuando sea necesario.

En conclusión, educar en primeros auxilios psicológicos y en habilidades emocionales es esencial para construir comunidades preparadas para enfrentar crisis emocionales. La formación adecuada de docentes, profesionales de la salud y otros actores clave en estas áreas no solo mejora la respuesta inmediata ante emergencias, sino que también promueve un entorno más comprensivo y solidario.




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