Cada 12 de mayo se celebra el Día Internacional de la Enfermera, una fecha que conmemora el nacimiento de Florence Nightingale y que sirve como recordatorio del papel esencial que desempeñan las y los profesionales de enfermería en los sistemas de salud de todo el mundo. Más allá de la imagen tradicional que a menudo se tiene de esta profesión, las enfermeras no solo cuidan: también investigan, educan, lideran y transforman la manera en que entendemos la salud.
Enfermeras como educadoras en salud
Uno de los roles menos visibilizados que desempeña la enfermería es la educación para la salud. En hospitales, centros de atención primaria, colegios, etc., las enfermeras lideran intervenciones educativas para mejorar el conocimiento y los hábitos de salud de las personas.
Desde enseñar a una persona diabética a manejar su glucosa hasta educar a adolescentes sobre salud sexual y reproductiva, su labor es esencial para la prevención de enfermedades y la promoción del autocuidado. Como afirma el Colegio Oficial de Enfermería de Madrid (CODEM), “las enfermeras son profesionales sanitarias altamente cualificadas con una formación académica y científica rigurosa, preparadas para educar, investigar y liderar”.
Una ratio preocupante y una visibilidad insuficiente
A pesar de su preparación y su impacto, España cuenta con una de las ratios más bajas de personal de enfermería por habitante en Europa, según datos del Consejo Internacional de Enfermeras (ICN). Esto se traduce en una sobrecarga laboral que, en muchas ocasiones, impide dedicar el tiempo necesario a la educación del paciente, una actividad clave para la prevención.
Además, tal como señaló recientemente el diario El País, “el reconocimiento público del trabajo enfermero todavía se queda corto frente a su contribución real en el sistema sanitario”. Muchas veces sus competencias se ven opacadas o asumidas por otros perfiles, limitando así su capacidad de acción.
Enfermería, investigación y liderazgo
Lejos de limitarse al ámbito asistencial, las enfermeras lideran también proyectos de investigación sobre cuidados, salud pública y prevención. En universidades e institutos de investigación, están desarrollando nuevas estrategias de educación sanitaria y creando evidencia que respalda su aplicación práctica.
Además, muchas de ellas ocupan cargos de gestión y toman decisiones que afectan directamente a cómo se diseñan y ejecutan las políticas sanitarias. Desde programas de vacunación hasta campañas de salud comunitaria, su influencia se extiende mucho más allá del entorno clínico.
Conclusión
Reforzar el papel educativo de la enfermería es una inversión en salud pública. Reconocer su potencial, aumentar su presencia en todos los niveles del sistema y garantizar una formación continua de calidad es fundamental para construir sociedades más saludables.
En palabras de Florence Nightingale: “La enfermería es un arte: y si debe convertirse en un arte, requiere una dedicación exclusiva tan ardua como la obra de un pintor o un escultor”. En el arte de educar para la salud, ellas son, sin duda, maestras.
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