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Aunque a menudo se subestima, la hidratación es una de las prácticas más sencillas y efectivas para cuidar la salud física y mental. Diversos estudios y expertos en medicina han coincidido en señalar cómo el consumo adecuado de agua impacta positivamente en múltiples aspectos de nuestro organismo: desde la función cerebral y cardiovascular hasta el estado de la piel, la digestión y la calidad del sueño.
Salud cerebral: el agua como nutriente del cerebro
El cerebro humano está compuesto en un 75% por agua. Por eso, incluso una leve deshidratación puede afectar su funcionamiento. El neurólogo Alejandro Andersson advierte que la falta de agua puede interferir en la producción de neurotransmisores esenciales como la dopamina y la serotonina, responsables del estado de ánimo, la memoria y la concentración. La deshidratación también ralentiza la velocidad de procesamiento mental y puede provocar fatiga y falta de atención, afectando tanto a estudiantes como a trabajadores en su día a día.
Sistema cardiovascular: hidratación para un corazón más sano
Una investigación de los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU. (NIH) destaca que una hidratación adecuada está directamente relacionada con un menor riesgo de sufrir insuficiencia cardíaca. El agua ayuda a mantener un volumen sanguíneo estable, regula la presión arterial y mejora la circulación, contribuyendo a la prevención de enfermedades cardiovasculares. Este hallazgo subraya cómo un gesto tan simple como beber agua puede tener un gran impacto a largo plazo.
Piel: hidratación y enfermedades dermatológicas
Más allá de lo interno, la hidratación también tiene un efecto visible en la salud de la piel. Pediatras del Hospital Vithas Vigo han señalado que mantener la piel bien hidratada es clave para controlar afecciones como la dermatitis atópica, una enfermedad inflamatoria muy común, especialmente en niños. Una buena hidratación fortalece la barrera cutánea, reduce la irritación y minimiza la frecuencia de los brotes, convirtiéndose en una parte esencial del tratamiento.
Bienestar general: digestión, descanso y energía
Por último, mantenerse bien hidratado tiene efectos directos sobre la calidad del sueño, la digestión y los niveles de energía. El nutricionista Daniel Ruíz explica que el agua ayuda a eliminar toxinas, mejora el tránsito intestinal y regula la temperatura corporal, todo lo cual repercute en un mayor bienestar general. Además, una correcta hidratación contribuye a la pérdida de peso, reduce la incidencia de infecciones del tracto urinario y puede incluso disminuir la intensidad de dolores de cabeza.
En resumen, la hidratación no solo previene enfermedades, sino que mejora el rendimiento físico, cognitivo y emocional. Beber suficiente agua cada día es una medida sencilla, económica y poderosa para cuidar el cuerpo y la mente. Incluir este hábito en nuestra rutina diaria puede marcar una gran diferencia en nuestra calidad de vida.
Por otra parte, aquí podemos visualizar gráficamente la relación entre la cantidad de agua consumida en un día y su impacto en nuestra salud.
Toda la información aquí:https://cadenaser.com/andalucia/2025/05/08/hidratacion-mas-alla-del-agua-radio-jerez/
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